J.R Alonso Diario Hoy
Vi a mi sobrina hace un par de días. Estaba desesperada buscando un medio de locomoción para viajar a Badajoz. «Es que desde la semana pasada no quedan billetes de autobús para este sábado», me cuenta. Le pregunto que si le gusta tanto el carnaval como para deprimirse por no poder ir a Badajoz. Me responde que las murgas, las comparsas, los desfiles y las chirigotas le importan un bledo, que lo que le gusta de verdad es el superbotellón del carnaval. Resumiendo, que si Cáceres quiere recuperar el carnaval y que no se marchen los jóvenes, ya saben la solución: organiza el ayuntamiento un macrobotellón municipal con disfraces en el centro de la ciudad y en 24 horas se acaban los billetes de autobús a Cáceres. Pero como eso, además de una insensatez, es imposible, habrá que resignarse a este carnaval elegante y etnográfico, entre histórico y antropológico, en que hemos convertido una fiesta que, según me cuentan, era divertida y multitudinaria hace 15 años y hoy se reduce a un par de actos con más tintes de recuperación cultural que de despendole. No sé quién ha acabado con el carnaval cacereño, pero la verdad es que el poder, mande quien mande, se quita así un problema de encima: aquí nunca podrá pasar como en Tenerife, donde los carnavales van a acabar con el alcalde, que ya se sabe que las fiestas multitudinarias son peligrosas: se tuercen por un error y te quedas sin el poder para los restos, y si no, que se lo pregunten al escarmentado PSOE cacereño.A los cacereños que quieren perder la cabeza estos días en lugar de asentarla asistiendo a pregones, fiestas de lavanderas, peleles, fastos pretendidamente medievales y otras juergas lights, les quedan tres opciones: el carnaval botellón de Badajoz, el carnaval esteticista y divertido de Navalmoral o los carnavales bastante auténticos de la periferia cacereña, léase Montánchez, con el carnaval más ancestral, tradicional y desmadrado de Extremadura, léase Arroyo de la Luz, donde estas noches no se ve a nadie sin disfrazar por sus calles, léase Malpartida de Cáceres, donde el martes de carnaval se celebrará la desorejada Fiesta de la Patatera. Los cacereños con ganas de perder la cabeza pueden optar entre el carnaval botellón de Badajoz, el esteticista de Navamoral o la Fiesta de la Patatera
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