HOY

Utilizar la bicicleta como medio de transporte alternativo para desplazarse por la ciudad es todavía una opción minoritaria. Y Cáceres no lo pone nada fácil. Al menos, este es el comentario más extendido entre aquellos que hacen un guiño al medio ambiente y ponen su granito de arena para luchar contra el calentamiento del planeta. Los usuarios de bicicletas exigen carriles especiales que faciliten su desplazamiento por la ciudad. La Ronda Norte no es suficiente.
Los 12 kilómetros de carril bici de la Ronda Norte están muy bien para hacer deporte, reconocen los aficionados a la bicicleta consultados por este diario, pero no solucionan el problema al que tienen que hacer frente cada mañana: la carencia de infraestructuras dentro del casco urbano. Salvo los escasos metros de carriles especiales que se pueden encontrar en El Rodeo y la avenida Ruta de la Plata -a la altura de Supercor-, la ciudad no cuenta con una red exclusiva para bicicletas.
«Es fácil moverse en bicicleta por Cáceres, pero debería haber una infraestructura más adecuada. No tenemos ni carril bici, ni aparcamientos para dejarlas», detalla José Manuel Cordero. Él no tiene problemas para guardar su vehículo en la oficina. Se considera afortunado. Cuando se le pregunta la razón por la que decide dejar el coche en el garaje, le basta una palabra como argumento: «Lo hago por ecología -responde-. No lo hago por hacer deporte porque yo con esta ropa que llevo no me puedo permitir sudar. Voy a un ritmo lento, que me permite ir más rápido que andando pero sin hacer ejercicio físico», razona.
A Félix Pulido también le mueve la conciencia ecológica, aunque lo que realmente le impulsa a sacar todos los días su 'Alan' del año 1999 es su espíritu deportivo. Trabaja en el almacén de alimentación de Unide, en el polígono de Charca Musia. Vive por la Plaza de Toros. Para llegar a la nave recorre la avenida de las Delicias, San Blas, Fuente Concejo, Mira al Río y la Ronda de San Francisco. Un camino de ida y vuelta con algún que otro sobresalto. «Yo me pongo mi chalequito y llevo el reflectante, pero ir en bici por la ciudad no deja de ser un peligro. Una vez me tiró un coche al suelo. Los coches no nos respetan en absoluto, hay conductores que te pasan rozando», explica Félix.
Conoce de primera mano la 'cultura' de bicicleta que hay en otros países de Europa. En concreto, la experiencia sueca. «Tengo familiares allí y estuve hace tres años. Me impresionó ver a toda la gente en bicicleta. Ves calles y calles llenas de bicicletas. Aquí somos una minoría», indica con resignación. «Necesitamos más kilómetros de carril bici en Cáceres».
Durante muchos años la bici de Félix ha sido la única que cruzaba la puerta del almacén de alimentación de Unide. Hasta hace un mes. Abel Echebarría ha rescatado la bicicleta de paseo que le regalaron a su novia por su primera comunión hace 20 años. «Vi que Félix venía en bicicleta y me animé a hacerlo yo también. En coche tardaba 10 ó 12 minutos en venir desde mi casa al trabajo; ahora sólo tardo cinco minutos más y me ahorro el gasto de la gasolina», explica.
Las ventajas
El ahorro es, precisamente, otro de los argumentos esgrimidos por José Manuel Cordero para optar por la bicicleta como transporte alternativo. «Te ahorras una pasta, la verdad. El coche en ciudad consume una barbaridad, no tiene nada que ver con la carretera. Yo llego mucho antes en bici que en coche al trabajo porque aparcar en el centro es muy complicado». Otro punto a favor.
«Cáceres no está preparada en absoluto para montar en bicicleta. Sólo tiene el carril bici que hicieron en la Ronda Norte. Pero no es un carril para comunicar la ciudad; es sólo para pasear. Yo, cuando me desplazo por la ciudad en bici, circulo por la acera siempre que puedo porque la carretera la veo peligrosa. Los conductores no nos respetan». Lo dice Juan Antonio Chaves, que trabaja como conserje en el IES Universidad Laboral. Ahora vive en el campo y recorre los kilómetros que separan su casa de su centro de trabajo en coche. Durante años lo hizo en bicicleta. Para él, todo son ventajas. «Además del ahorro energético en los momentos en que estamos por el tema del cambio climático, las emisiones de CO2 y los problemas que hay con el petróleo, la bicicleta está muy bien para el ejercicio físico», añade Juan Antonio Chaves.
Ignacio Soler tiene un plan que daría respuesta a las reivindicaciones de José Manuel Cordero, Félix Pulido, Abel Echebarría, Juan Antonio Chaves y todos los que apuestan por la bici como medio de transporte urbano. Ignacio, al que todos conocen como Pope, es todo un veterano de las dos ruedas. Concejal del Ayuntamiento de Cáceres durante ocho años (estuvo cuatro en la oposición y otros cuatro en el primer gobierno de José María Saponi, del Partido Popular) preside en la actualidad el Club Ciclista Cacereño. Pope plantea hacer un gran carril bici en el corazón de Cáceres, aprovechando los amplios acerados de las grandes avenidas. El recorrido comenzaría en el Paseo de Cánovas y continuaría por la avenida de Alemania. Al llegar a la rotonda de Renfe, el carril seguiría en dirección a la glorieta del Parque del Padre Pacífico hasta llegar a la rotonda de Donantes de Sangre. Una vez aquí, el ciclista daría la vuelta y volvería de nuevo a la glorieta de Renfe, esta vez para circular por el carril que se habilitaría en la carretera de Sevilla (avenida Juan Pablo II) hasta alcanzar la rotonda del Ferial. En este punto el usuario del imaginario carril bici daría la vuelta y circularía por la avenida Juan Pablo II, entraría en el Nuevo Cáceres y continuaría su marcha por la avenida Dulcinea (donde está el parque de bomberos).
En la última edición del Día Sin Coche, que se celebra en el mes de septiembre, Ignacio Soler dio una ponencia en la que expuso su proyecto de carril bici urbano. La idea, reconoce, gustó. El presidente del Club Ciclista no está dispuesto a que su proyecto se quede sólo en eso, en una idea. Por eso, avanza, va a solicitar una entrevista con la alcaldesa, Carmen Heras, para presentarle su plan. «Yo estuve en Copenhague y allí ves a todo el mundo en bicicleta. Es precioso», detalla Pope.
Sevilla, un referente
No hace falta viajar a Suiza, como Félix, o hasta Dinamarca, como Pope, para conocer experiencias de carriles bicis urbanos. Las hay más cerca. Como el caso de Sevilla, que ha implantado un servicio de bicicletas de alquiler y cuenta con una extensa red especial para que circulen estos vehículos. En Plasencia también funciona de forma experimental un sistema de uso público que permite a los vecinos coger prestadas las bicicletas pero, curiosamente, esta ciudad carece de carriles exclusivos.
José Manuel Cordero Moríñigo lo tiene claro. Prefiere la bicicleta al coche. «Deberían potenciar el uso de la bici. Es un punto a favor de la ciudad. De cara a 2016 puede ser un buen punto positivo. Es necesario. Además, creo que es la solución para descongestionar el centro de Cáceres. La gente tiene que empezar a concienciarse y a moverse en bici», propone. Hoy por hoy, la imagen de un ejecutivo a pedales por el centro de Cáceres provoca giros de cabeza. ¿Cuestión de tiempo?
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