
«Vienen a por mí. Me están buscando, y no sólo para pegarme». Las palabras de Carlos G.B., joven cacereño de 21 años vinculado a la ultraizquierda, resultaron premonitorias. Pocos minutos después de pronunciarlas en un bar de la plaza del Duque, en pleno centro del casco viejo, recibió un navajazo en el pecho asestado presuntamente por el joven ultraderechista Francisco Javier L.V., de 23 años y también nacido en Cáceres. La puñalada le afectó al pulmón derecho y se encuentra ingresado en estado grave, pero fuera de peligro, en el hospital Infanta Cristina de Badajoz. El agresor fue detenido, aunque antes tuvo que pasar también por el hospital para que le curasen las contusiones sufridas en la paliza que le propinaron los amigos del herido. Está previsto que hoy declare ante el juez.
El suceso ocurrió a las dos y media de la madrugada de ayer viernes y es consecuencia de la tensión que se vive entre grupos radicales de la ciudad, agravada en los últimos días. Tanto el joven herido como otros simpatizantes del colectivo antifascista de Cáceres habían recibido amenazas tras el enfrentamiento que protagonizaron con un grupo de ultraderecha en la manifestación del pasado día 15 en el Paseo de Cánovas. Durante la protesta, Carlos G.B. dio una patada en la espalda a otro joven de ideología neonazi que subía a un autobús urbano, una imagen captada por la prensa y la televisión que amigos de Carlos citan como posible detonante del apuñalamiento.
Relato de los hechos
Según relataron a este diario varios testigos, Carlos se encontraba el jueves por la noche con unos amigos en un bar de la plaza del Duque, junto a la Plaza Mayor, que es punto de reunión habitual de los jóvenes antifascistas de la ciudad. «Fue a la calle un momento, y cuando volvió a entrar ya traía la ropa destrozada y un corte en la mano derecha», relataba ayer a este diario uno de sus compañeros. Salieron del bar y se encontraron con que fuera estaba Francisco Javier, quien llevaba una navaja en la mano, acompañado por otros dos jóvenes ultraderechistas.
Comenzó entonces una pelea multitudinaria y confusa durante la cual Carlos recibió el navajazo en el pecho, presuntamente de manos de Francisco Javier, según han confirmado tanto los testigos como la Policía Nacional.
Al presenciar lo ocurrido, los amigos del joven ultraizquierdista se abalanzaron sobre el agresor y comenzaron a golpearle. Se les unieron otros jóvenes que salieron de los bares cercanos y que conocían al herido. «Al nazi empezaron a lloverle puñetazos y patadas de todos lados, incluso de gente que ni sabía quién era pero que está ya harta de estos neonazis», afirmó el amigo.
Llegaron entonces a la Plaza Mayor varias dotaciones de la Policía Nacional y Municipal, así como dos ambulancias, que trasladaron al hospital San Pedro de Alcántara tanto al herido por arma blanca como a su presunto agresor, quien fue atendido de múltiples contusiones por la fuerte paliza recibida. Después le llevaron a Comisaría, donde pernoctó a la espera de declarar hoy en el juzgado número 3.
Por su parte, Carlos G.B. permaneció durante toda la mañana de ayer en observación en el Servicio de Cirugía del hospital cacereño, pero a primera hora de la tarde se le detectó un neumotórax (aire en la pleura) y fue trasladado en ambulancia al Infanta Cristina de Badajoz.
Dispositivo policial
Esta vez no se trata de un hecho aislado, sino de una consecuencia de la escalada de violencia verbal y física que mantienen los grupos ultras de Cáceres, sobre todo desde la concentración en Canovas en homenaje al joven antifascista de 16 años asesinado en Madrid.
Las fuerzas de seguridad están en alerta y la Subdelegación del Gobierno ha preparado un dispositivo espacial de seguridad para evitar que durante el fin de semana se produzcan nuevos enfrentamientos.
«Los ánimos están muy caldeados», reconocía ayer uno de los amigos del joven apuñalado. Incluso hay simpatizantes de la ultraizquierda que se encuentran recluidos en sus casas desde los incidentes de Canovas, porque han sido amenazados por ultraderechistas y tienen miedo a ser agredidos.
Los insultos y amenazas entre ambos grupos se encuentran también en varios foros de Internet, donde algunos de los principales protagonistas de los incidentes de la concentración de Cánovas, y también de la pelea de la Plaza Mayor, son identificados incluso con nombres y apellidos.
Escalada ultra
Miembros del colectivo antifascista que, dada la situación, prefieren no identificarse, han señalado a este diario que la presencia en la ciudad de ultras de ambas tendencias viene siendo una constante desde hace tiempo, si bien no creen que nadie vaya a tomar represalias por lo sucedido en la Plaza Mayor. «La gente siente rabia e impotencia, pero no quiere sangre. Nosotros no vamos por ahí dando navajazos», afirmó un simpatizante del colectivo. No descartan sin embargo que se pueda organizar algún acto de apoyo a Carlos, si bien aún no hay nada preparado en ese sentido.
Este diario trató ayer, sin éxito, de ponerse en contacto con alguno de los acompañantes del presunto agresor para recabar su versión de lo sucedido.
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