09 diciembre 2006

Protestas de los vecinos del Residencial Gredos de Mejostilla


El presidente de la Asociación de Vecinos del Residencial Gredos, en la Mejostilla, Francisco Merino, anunció la celebración de dos próximas manifestaciones de protesta los días 16 de diciembre y 3 de febrero para exigir al Ayuntamiento mejoras en los servicios en este nuevo barrio de la ciudad. En el residencial Gredos viven ya más de 600 familias que desde hace cuatro años reclaman al Ayuntamiento mejoras en los servicios y el adecentamiento del residencial, además de mayor seguridad ya que desde este verano sufre continuos actos vandálicos que incomodan tanto a comerciantes como a vecinos. Los vecinos dicen que se siente abandonados. Representantes de la asociación se reunieron con el alcalde el pasado mes de marzo, pero sus peticiones no han sido escuchadas, por lo que creen que no les queda más remedio que la movilización.«Los fines de semana lo tenemos que recoger todo porque si no, lo saquean», indicó José Manuel Guerrero, un trabajador de la construcción en declaraciones a Europa Press televisión. «No podemos dejar ni tan siquiera el gasoil en las máquinas», añadió. Pero las protestas no vienen únicamente de los vecinos; los comerciantes del residencial han tenido que cambiar «en más de una ocasión», según explicaron algunos de ellos, las cerraduras de locales bloqueadas con palillos, silicona y pegamento. «En un mes he tenido que cambiar la cerradura dos veces, tuve que llamar al cerrajero y pagar 70 euros», señaló Antonio Puerto, que tiene una frutería en la zona.Pedro RomeroPedro Romero, dueño de un bar, muestra dos cerraduras retiradas mientras explica que en una plaza cercana «había mucha delincuencia», y los vecinos se vieron obligados a costear «una verja de seguridad» para impedir que jóvenes «molestos» se reunieran allí. Al parecer, los jóvenes circulan a su antojo, sin casco y haciendo 'caballitos' con la moto, hasta ahuyentar a los clientes.Raúl Montero, carnicero de la barriada, explicó que la zona carece por completo de vigilancia, como pudo confirmar una noche que ejerció de vigilante en su local. «Estuve hasta las cinco de la mañana y no vi pasar a la policía ni nada», denuncia.Álvaro MartínLo mismo opina Álvaro Martín, que se lamenta de que lo único que consiguió tras llamar la atención a un grupo de chavales que hacían fiestas y hogueras en su soportal fue que éstos «vinieron al día siguiente y prendieron fuego». Cuando Martín llamó a la policía para denunciar lo que había pasado, la respuesta que le dieron fue que usaran sus «propios extintores».El presidente de la asociación vecinal, Francisco Merino, se queja de que la suciedad que originan las nuevas construcciones en la zona y señaló el estado de deterioro en el que se encuentran las áreas ajardinadas, así como el mal estado del acerado de la barriada y el «muy deficiente» servicio de autobús urbano. Manuela Márquez, una vecina que utiliza habitualmente el autobús para ir al colegio a recoger a su hijo, comenta que normalmente el autobús llega «con media hora de retraso sobre su horario y muchas veces ni siquiera para porque viene sin espacio. A veces llegamos tarde a recoger a los niños», se lamenta. Otra madre, Begoña Chivite, dice que en muchas ocasiones le toca llevar a su hijo en brazos, lo cual resulta «incómodo e inseguro» para el bebé.En cuanto a las instalaciones deportivas y municipales, Merino señala que están infrautilizadas, ya que «no nos entregan la pista deportiva» a pesar de que está totalmente finalizada «y tenemos problemas porque la sede es muy pequeña».Las manifestaciones de protesta reivindicarán «un servicio de autobús, que se mire a la calle y se ponga orden a los constructores».

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