12 marzo 2007

Vecinos de un edificio de La Mejostilla piden de nuevo una solución al ruido de la ludoteca de la calle Ana Mariscal


Las molestias por los juegos afectan a los residentes de un piso de la calle Ana Mariscal Hace un año que pidieron ayuda al Consistorio.

Los vecinos del edificio número cinco de la calle Ana Mariscal, una de las principales de la urbanización La Mejostilla, están cansados. El motivo de su hastío es las molestias derivadas de la ludoteca (centro para el entretenimiento infantil) situada en el bloque. En concreto, quienes más perciben el ruido procedente de los juegos infantiles son quienes viven en el primer piso, en las letras C, D y E.Una de esas residentes es Valentina, que recuerda que la instalación dedicada a los niños empezó a funcionar hace dos años, y que hace uno que comunicaron la situación al Ayuntamiento de Cáceres por primera vez. Desde entonces ha habido otras reclamaciones, siempre por escrito, y ninguna respuesta, asegura Valentina. «Llegamos a contratar a una empresa para que nos hiciera una medición del nivel de ruidos, y el resultado fue que superaba los límites legales», explica.Esa medición a cargo de una firma especializada le costó a la comunidad de vecinos unos novecientos euros, según recuerda la vecina, que habla en representación del resto de afectados. 50 niños de 4 a 10 añosAunque las tres viviendas de la primera altura son quienes en mayor medida perciben el efecto de lo que ocurre en la ludoteca, otros de los que tienen su casa en el número cinco de la calle Ana Mariscal no son ajenos. «Aunque no tanto como ella, también nosotros lo escuchamos y nos molesta», añade una mujer que vive en el segundo piso.El centro de ocio infantil tiene capacidad para unos cincuenta niños de entre cuatro y diez años, y abre normalmente los lunes y martes de cinco a siete de la tarde, aunque también acoge otras actividades, como sesiones de gimnasia, en distintos horarios. Además, en verano es la sede de campamentos infantiles en horario de mañana. «Yo no sé lo que es levantarme tarde en mis vacaciones», asegura Valentina, que añade que «la molestia es tal que acaba repercutiendo en tu vida personal».Y ya no sólo las molestias a causa del ruido - «imagine, por ejemplo, cuando los nioñs juegan a la silla», ilustra la mujer-, sino también otra cuestión al menos igual de importante: la falta de medidas de seguridad. «La ludoteca -explica Valentina- no tiene ninguna medida de seguridad, ni siquiera una salida de emergencias adecuada». La entrada está situada en la parte trasera del edificio, junto a un área de columpios, y para acceder a ella hay que subir unas escaleras. Las ventanas están todas enrejadas, y las dos que dan al patio interior del bloque número cinco fueron tapiadas. La situación de este inmueble ya fue denunciada a mediados del pasado mes de enero por el grupo municipal socialista en el Consistorio, que recalcó entonces que se trataba de un local destinado a uso administrativo «y no a actividades recreativas y de ocio que pudieran ocasionar ruidos y vibraciones molestas».IU, por su parte, se ha puesto a disposición de los vecinos para llevar el caso ante el fiscal del Tribunal Superior de Justicia.

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