21 febrero 2007

La comparsa Sabor Mangurrino, de La Mejostilla, se alza con el primer premio del desfile


Jaleo, elegida mejor murga en el concurso de canciones de Carnaval. Los emeritenses Chirigo Tagorichi ganan en la categoría de comparsas. El entierro de la sardina cierra la fiesta y deja paso a la Cuaresma.

La comparsa Sabor Mangurrino ha sido la triunfadora absoluta del desfile de Carnaval al alzarse con el premio al mejor grupo de animación y cosechar, además, el galardón al mejor traje. En total, se lleva 2.500 euros en metálico. Sus integrantes volvieron a lucir ayer los sombreros de plumas y las capas de vuelo para recoger los premios en la Plaza de Santa María.Y, tras ellos, lo hicieron la murga Jaleo, Fuego de Carnaval -integrado por los scouts Alezeia-, la murga 'Pinwinos' y la comparsa Los Argonautas. La mayoría de estos nombres volvieron a escucharse durante la entrega de galardones del concurso de canciones de Carnaval, celebrado el viernes en el Auditorio. En esta ocasión, las letras que los Jaleo dedicaron a Pitoño o al mentalista Santillana les aseguraron el oro y los convirtieron en la murga ganadora. El primer premio de comparsas viajó hasta Mérida por segundo año consecutivo. Los Chirigo Tagorichi (chirigota escrito al revés) consiguieron el primer puesto. Vestidos de moscas volvieron a interpretar ayer algunas de sus canciones, en las que abordaron temas de calado nacional como la huelga de hambre de De Juana Chaos. No hubo, sin embargo, letras vinculadas a Cáceres. «El año que viene nos plantearemos ya hacer letras más locales», comentaba a Félix Barrena, autor de las letras de Chirigo Tagorichi.

Entierro con paraguas

Antes, durante y después de la entrega de premios se celebró la sardinada a las puertas de la Concatedral. Se repartieron, en total, 100 kilos de sardinas, 50 de patatera y otros tantos de panceta.El Carnaval se esfuma y cede hoy el testigo a la Cuaresma.
SATURIA VACA LASO A SUS 80 AÑOS ENCABEZA EL DESFILE DE CARNAVAL «Mis dos ilusiones son disfrazarme e irme a Benidorm»
Saturia acude puntual a la cita. Doce del mediodía en el hogar de pensionistas de la Plaza Mayor. Y lo hace bajo su segunda piel, la del disfraz de pastor con el que participó el sábado en el desfile de Carnaval. Le falta el borrego que la acompañó durante el recorrido montado en un carro de supermercado. Se llama Cuco. «Se lo han llevado esta mañana al campo. Me ha dado mucha guerra en casa, señorita», detalla.Saturia pagó sesenta euros por su oveja para dotar de pleno sentido a su disfraz. No le falta detalle. «Mis dos únicas ilusiones son vestirme de Carnaval e irme a Benidorm con mi hermana de vacaciones», comenta mientras se retira la careta de goma de la cara. «Es que da mucho calor», se excusa.Tiene ochenta años y desde que tiene uso de razón participa en el desfile de Carnaval. La organización la sitúa a la cabeza de los participantes y ella es la encargada de iniciar la marcha año tras año. «Los carnavales me gustan desde que era pequeña, cuando mi madre nos hacía un traje con sacos de cemento», apunta. Anoche subió al escenario colocado en la Plaza de Santa María para recoger el segundo premio de trajes de Carnaval (en la categoría de participantes individuales), que le concedió el jurado. «El jurado siempre se porta muy bien conmigo», detalla. «Yo sólo tengo palabras de agradecimiento para todos ellos», apostilla. Sin dejar que el Carnaval de 2007 se apague, Saturia ya piensa en su disfraz del año que viene. «Si vivo, el año que viene me voy a vestir de espigaora», anuncia salerosa. No repite disfraz. «Un año fui a Mijas y compré un burro hecho de esparto de tamaño natural. Luego encargué que me hicieran la jáquima y la albarda y saqué al burro en el desfile», presume.Saturia ha trabajado durante 27 años como cocinera en el hogar de menores Julián Murillo. Dice no entender muy bien por qué el resto de cacereños no es tan entusiasta como ella con el Carnaval. «No sé qué ha pasado. Antes se disfrazaba mucha gente», reflexiona.

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