Las Carmelitas o las claves del 'pelotazo'

J. R. ALONSO DE LA TORRE/Diario Hoy

A muchos cacereños, yo creo que a la mayoría, les da lo mismo el dinero que se maneje en el tema del solar de las Carmelitas, lo que de verdad les preocupa es que El Corte Inglés se instale cuanto antes. Que algunos se hagan ricos con la operación es algo que se da por descontado. Este pelotazo o, para ser más rigurosos, este buen negocio tiene unas claves que conviene repasar. La cuestión, resumiendo, es la siguiente: El Corte Inglés entrega unos 2.000 millones de las antiguas pesetas a un promotor o intermediario y recibe a cambio los terrenos donde está actualmente el edificio del colegio de las carmelitas. En ese espacio, el gran almacén levantaría diez plantas con 25.000 metros cuadrados de superficie comercial. El intermediario traspasaría a su vez esos 2.000 millones a las monjas para que levanten un nuevo colegio en otra zona del solar. Hasta ese punto, lo comido por lo servido. ¿Qué gana entonces el promotor con esta operación en la que, en un principio, no arriesga nada? Pues muy sencillo: una autorización urbanística para levantar 10.000 metros cuadrados de uso residencial y 15.000 de uso terciario-comercial en el resto del solar, en la mejor zona de Cáceres. Pero esto son pretensiones iniciales pues la clave de la operación es la negociación entre promotor y ayuntamiento: ¿Qué contraprestaciones ofrece el intermediario, qué superficie podrá construir? Ahí es donde surgen las discrepancias entre Cancho, Vela, el PSOE, IU y el PP.¿Pero quién es este intermediario tan hábil para los negocios? Se llama Jesús Alarcón Brea. Vino a Cáceres hace años para hacerse cargo de la gerencia de Placonsa. Tras dejar esta empresa montó Promociones Almonte. Ha estado detrás de la promoción fallida de pisos baratos de El Muelo y una empresa a nombre de su esposa, GP Promociones del Suelo, compró a buen precio unas parcelas junto al Parque del Príncipe que el ayuntamiento tuvo que comprar por ley pagando 660.000 euros, pero el juez dictaminó que debía pagar 6,6 millones. Como ven, son negocios redondos. Pero a los cacereños, lo que de verdad les importa es que pongan de una vez El Corte Inglés.